Pericarditis

¿Qué es?

La pericarditis es la inflamación del tejido que recubre el corazón, tal y como hemos descrito en los apartados anteriores (Clinic, 2022). Como sabemos, el corazón presenta un pericardio visceral, que será aquel que se sitúa en contacto con el órgano y un pericardio parietal, el cual estará en contacto con la pared más externa. Esta patología puede provocar un derrame, un engrosamiento o una retracción de dicho tejido.

La pericarditis puede clasificarse dentro de cuatro categorías según su tiempo de evolución.

• Pericarditis aguda: Los síntomas que presenta son similares a un ataque al corazón, pero se extienden durante 3 semanas y puede ser que vuelva a ocurrir una vez resuelta.
• Pericarditis recurrente: Se le llama así a la pericarditis que ocurre entre 4 y 6 semanas después de la pericarditis aguda.
• Pericarditis incesante: Se incluyen en esta categoría a aquella pericarditis que duran menos de 3 meses, pero entre 4 y 6 semanas sin que los síntomas se modifiquen.
• Pericarditis constrictiva crónica: Se clasifican en esta categoría aquellas que duran más de tres meses.

Al existir en este tejido una inflamación, el contacto de ambas capas entre sí explicará el dolor del paciente. No es una patología grave, pero es necesario su tratamiento para evitar posibles complicaciones. Su tratamiento se realiza a través de medicación y rara vez es necesario utilizar cirugía.

Para poder realizar el diagnóstico, inicialmente es necesario prestar especial atención a los síntomas del paciente que serán:

– Dolor en el pecho normalmente agudo o punzante, aunque en ocasiones puede presentarse como un dolor sordo que se asemeja a la presión. El dolor normalmente empeora cuando el paciente se recuesta, al toser o al inspirar profundo. Aunque suele localizarse en la parte posterior del esternón, a veces puede presentarse en el hombro izquierdo.

– Cansancio generalizado.
– Tos
– Edemas en los miembros inferiores.

– Palpitaciones.

– Inflamación en el vientre.
– Sensación de asfixia.

¿Por qué se produce la pericarditis?

Las causas de la pericarditis son variadas:
• Infecciones (víricas o bacterianas).
• Enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoide, Síndrome de Dressler (se produce posterior a un infarto de miocardio o de una angina) …)
• Insuficiencia renal
• Cáncer
• Lesiones en el corazón.

Pautas de cuidados para cargadores en Semana Santa

En estos días, muchas de las ciudades por toda la geografía nacional se llenan de imágenes con motivo de la Semana Santa. Esta tradición es un atractivo turístico que cada año toma un papel mas importante en el turismo.

Pautas de cuidados para cargadores en Semana Santa

En esta época del año, los fisioterapeutas toman una labor importante mas allá de la desarrollada durante todo el año en las clínicas. Los cargadores, costaleros o portadores de tronos que tanto se ven por nuestras calles en estos días, se convierten en el principal foco de atención de estos profesionales sanitarios ya que una correcta preparación física para ellos, una buena prevención de lesiones y una recuperación tras la actividad es fundamental, habiendo sido registradas en las provincias de Cádiz, Sevilla y Granada 1.500 asistencias a las consultas por este motivo.

Dichas visitas vienen derivadas de la conciencia de los cargadores de la necesidad de realizar una correcta prevención para evitar lesiones al cargar con tanto peso, aunque las lesiones después de dicha actividad pueden ser variadas.

Para ello los fisioterapeutas establecen una serie de normas que permiten a los cargadores evitar lesiones y que procedemos a exponer:

1.    La preparación física es la clave: Un buen entrenamiento es fundamental para soportar la carga de trabajo, así como para evitar lesiones antes, durante y después de la estación de penitencia. Es una carga de peso asimétrica sobre un solo lado del cuerpo, lo cual provocara una carga excesiva que la musculatura debe estar preparada para soportar. 

 

2.    Revisar las posibles patologías que contraindiquen cargar con peso: Sería conveniente la realización de una revisión medica previa a esta actividad, ya que, dependiendo del estado físico de la persona, puede esto estar indicado o no. 

 

3.    Realizar un calentamiento correcto: Es fundamental, como es bien sabido antes de  realizar cualquier actividad física, realizar un buen calentamiento, ya que garantizará un correcto flujo sanguíneo, permitiendo una contracción muscular mas efectiva. 

 

4.    Una postura adecuada es fundamental:  La alineación del cuerpo permite soportar las cargas de forma correcta. Esto puede trabajarse con el fisioterapeuta en la consulta antes de la estación de penitencia, para ese día tener automatizada la postura. 

 

5.    Uso de medidas protectoras adecuadas: Normalmente los cargadores utilizan fajas para soportar el esfuerzo durante esas horas. Es fundamental que la faja se retire después de terminar la procesión, ya que un uso prolongado de ella puede ser perjudicial. 

 

6.    Mantener una correcta temperatura e hidratación: Es fundamental mantener al cuerpo hidratado y con buena temperatura, sobre todo en los cambios de cuadrilla que se realicen. 

COVID persistente

El 24 de enero de 2021, el número de casos confirmados de COVID-19 ascendía a 2.499.560 en España. Esta cifra fue de 30.700.032 en Europa y de 95.612.331 en todo el planeta. Además de todos los fallecimientos que ocasionó, a pesar de los cambios en la vida diaria, las restricciones y las cautelas tomadas, las secuelas de esta enfermedad están siendo visibles hoy en día en muchas de las personas que se contagiaron de COVID. Estas secuelas están poniendo en jaque la capacidad de nuestro sistema sanitario, proponiendo un nuevo reto para la salud pública para el cual los servicios sanitarios deben estar preparados.

¿A qué llamamos COVID persistente?

Utilizaremos el termino síndrome de COVID persistente o COVID prolongado, para referirnos a los síntomas que aparecen o persisten tras la resolución de una infección respiratoria aguda causada por SARS-CoV-2.

La OMS (organización mundial de la salud) describe esta enfermedad como “aquella enfermedad producida en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por el SARS-CoV-2, generalmente tres meses después de la aparición de la COVID-19, con síntomas que duran al menos dos meses y que no pueden explicarse por un diagnóstico alternativo”.

Según la OMS, los síntomas mas comunes son la fatiga, la dificultad para respirar y la disfunción cognitiva, pero también se pueden dar otros síntomas que suelen repercutir en la vida cotidiana del enfermo. Estos síntomas pueden ser de nueva aparición o persistir desde el inicio de la enfermedad. Asimismo, también pueden fluctuar o existir recaídas con el tiempo.

¿Con qué frecuencia se mantienen estos síntomas?

Los pacientes con COVID persistente mantienen una gama amplia de síntomas:

• Fatiga (cansancio): 47%
• Disnea (falta de aire): 32%
• Mialgia (dolor muscular): 25%
• Dolor articular: 20%
• Dolor de cabeza: 18%
• Tos: 18%
• Dolor de pecho: 18%
• Anosmia (incapacidad para oler): 14%
• Ageusia (pérdida del sentido del gusto): 7%
• Diarrea: 6%

¿Por qué se produce?

Las causas que provocan las secuelas a largo plazo de la COVID 19 son aún un misterio y están en plena investigación.

Existe la teoría de un estado hiperinflamatorio mantenido en el tiempo como causa de estas secuelas, considerando también que estas secuelas pueden ser causadas por un daño orgánico durante la fase aguda de la infección, de la persistencia de la actividad viral o de una respuesta de anticuerpos inadecuada.

Según la bibliografía existen factores que pueden complicar el cuadro o favorecer que se implante como una mala condición física, enfermedades previas a desarrollar la COVID y las secuelas psicológicas tras un curso insidioso de la enfermedad , así como todas aquellas derivadas de los cambios de hábitos de vida implantados en la pandemia.

 

 

Hombro doloroso hemipléjico

El hombro doloroso hemipléjico como consecuencia de un ictus es una secuela clínica frecuente. Su aparición conlleva además del dolor, una limitación para las actividades de la vida diaria. Ocasionalmente ocurre de forma precoz en las dos primeras semanas tras el ictus, sin embargo, la forma normal de presentación es una vez transcurridos 2-3 meses.

Esta patología reduce la participación en actividades funcionales y en el proceso de rehabilitación, prediciendo una escasa recuperación funcional del brazo, una mayor duración del ingreso y el porcentaje de pacientes que son dados de alta a su domicilio es menor.

Los factores que pueden contribuir a la aparición del HDH pueden dividirse en aquellos relacionados con la propia articulación del hombro (lesiones del manguito de los rotadores o la subluxación de la cabeza humeral y los relacionados con la afectación neurológica como falta de sensibilidad, parálisis flácida inicial, heminegligencia y espasticidad.)

¿Por qué se produce?

Subluxación del hombro: Habitualmente tras un ictus, tras afectación motora, se condiciona el funcionamiento normal y existe riesgo de subluxación, ya que en el periodo inicial se encuentra flácido o hipotónico, y la musculatura ya no puede retener la cabeza del húmero dentro de la articulación, siendo alto el riesgo de la subluxación. Las posturas incorrectas, en cama, falta de movimiento, etc., facilitan aún más el riesgo ya comentado.

Espasticidad y contracturas: Tras un ictus, ocurre una alteración del balance muscular, predominando la postura típica que refleja los patrones espásticos, siendo la flexión, rotación interna y aducción en el miembro superior, dando lugar a una escápula retraída.

¿Cómo se trata?

El tratamiento mediante fisioterapia es dinámico y debe modificarse en función de la evolución clínica en cada caso. Se recomienda en todas las fases evolutivas de la espasticidad para mantener y/o aumentar la eficacia de otros tratamientos.

Objetivos:

• Preservar máxima capacidad funcional
• Evitar retracciones articulares que aparecen como consecuencia de la espasticidad.
• Facilitar control activo del movimiento voluntario residual
• Mantener o ampliar el recorrido articular.
• Mejorar la coordinación y la fuerza
• Reducir el tono muscular

1. Terapia postural:
Debe realizarse procurando preservar la máxima capacidad funcional. Ayuda a evitar las retracciones articulares que aparecen como consecuencia de la espasticidad. Debe incluir tronco y extremidades, tanto en decúbito como en sedestación.

2. Cinesiterapia:
Movilizaciones articulares: previene de las retracciones musculotendinosas. Deben realizarse de forma suave, lenta y prolongada.

3. Ejercicios de fortalecimiento de los músculos antagonistas.

4. Crioterapia:
Método coadyuvante a otras terapias. La aplicación de frio es capaz de romper el ciclo “ -dolor- ” incluyendo el espasmo muscular y facilitando la movilización.
Los métodos pueden ser varios: geles refrigerantes, bolsas de hielo, entre otros.

5.Calor local:
Con ella tratamos la espasticidad y aumentamos la distensibilidad muscular antes de los estiramientos, pero su efecto es de muy corta duración. Ejemplo: infrarrojos, agua caliente, parafina o electroterapia de alta frecuencia.

6. Electroestimulación:
La estimulación neuromuscular eléctrica funcional consiste en la aplicación superficial de la corriente eléctrica provocando la contracción del músculo y el reclutamiento de un mayor volumen muscular.

Diabetes: tipos, síntomas y prevención

¿Qué es la diabetes?

La diabetes mellitus es una enfermedad que afecta al metabolismo, caracterizándose por aumentar la glucemia (concentración de glucosa en sangre), que se acompaña en mayor o menor medida de alteraciones en el metabolismo de los hidratos de carbono, las proteínas y los lípidos.

Existen varias causas y orígenes de la diabetes mellitus, pero fundamentalmente esta enfermedad esta causada por la existencia de una alteración de la secreción de insulina por parte del páncreas, de la sensibilidad a la acción de la hormona o de ambas en algún momento de la historia. El diagnostico es sencillo de realizar en pacientes que tienen una sintomatología muy acentuada, pero la mayoría de ellos son diagnosticaos en analíticas rutinarias de control.

¿Cómo se clasifican?

Existen dos tipos de diabetes.

La diabetes mellitus tipo I, se caracteriza por aparecer en la primera etapa de la vida (antes de los 30 años) y viene causada por una destrucción de las células del páncreas que producen la insulina. Normalmente viene causada por factores genéticos o por causas desconocidas.

La Diabetes tipo II (es la forma más frecuenta de diabetes), supone hoy un problema sanitario y socioeconómico de primera magnitud, afectando en nuestro país alrededor de 2000000 personas. En ella, la utilización de la glucosa en sangre no es correcta, lo que supone que se acumule en el torrente.
Aquellas personas que presenten esta enfermedad incrementan de 2 a 4 veces la posibilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular, falleciendo el 75% por una enfermedad arterial, cerebral o vascular periférica.

¿Qué puede provocar desarrollar diabetes tipo II?

• Ingerir en nuestra dieta mas del 30% en grasas saturadas.
• Consumo alto de bebidas alcohólicas.
• Sedentarismo.
•Aquellas personas afroamericanas, latinas y afroasiáticas tienen mayor riesgo de padecerla.
• Edad mayor de 45 años o 30 años con un índice de masa corporal
mayor de 25 kg/m2.
• Antecedentes familiares de diabetes mellitus tipo II.
• Hipertensión arterial.
• Síndrome de ovario poliquísticos (SOP).
• Aquellas mujeres que desarrollen Diabetes gestacional durante el embarazo tendrán más posibilidad de desarrollarla.
• Madres de hijo con peso mayor de 4 kg al nacer.

¿Puedo prevenir su aparición?

Dentro de todas estas causas es importante remarcar aquellas que son modificables, para poder actuar sobre esta enfermedad desde el punto de vista preventivo:

1. Sobrepeso y obesidad: Son la causa mas importante de desarrollo de diabetes. La inactividad física es un factor predictor de diabetes mellitus. Para evitar que estos factores influyan, es necesario concienciarnos que al menos necesitamos movernos 30 minutos de 3 a 5 veces a la semana.
2. Factores dietéticos: La alta ingestión de calorías, el bajo consumo de fibra dietética, la sobrecargade carbohidratos y el predominio de la ingesta de grasas saturadas sobre las poliinsaturadas, pueden predisponer a padecer diabetes. Seria necesario disminuir comidas que incluyan frituras, harinas, carnes con alto contenido de grasa, derivados lácteos ricos en colesterol y grasas saturadas, así como aumentar la ingestión de fibras, frutas y vegetales.

Las caídas en los ancianos

Debido a los avances en sanidad, la mayoría de los países están experimentando un aumento en la longevidad de su población. Comienzan a aparecer nuevos retos sanitarios cada vez más complejos, así como retos sociales ante una población cada vez mas anciana.

Hay que tener en cuenta que el envejecimiento es un proceso diferente en cada una de las personas, por lo que la condición física y mental de cada uno son distintas, ya que existen muchas personas que alcanzan edades avanzadas en plenitud de facultades, tanto intelectuales como físicas y sociales. Por desgracia, circunstancias como riesgo de exclusión social, soledad por viudedad, separación, carecer de familia y otras muchas situaciones condicionan el estado general de la población adulta mayor.

Estas alteraciones incluyen las caídas, las cuales representan una modificación importante en la funcionalidad, pudiendo provocar fracturas, luxaciones o abrasiones de distintos tipos. Dichas caídas están condicionadas a una serie de factores de riesgo extrínsecos e intrínsecos, por lo que un plan de cuidados preventivos se hace necesario.

Ya en 2002, la OMS establece una política sanitaria para prevenir este declive, describiendo la iniciativa como “un proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que envejecemos, permitiendo a las personas desarrollar su potencial para alcanzar el bienestar físico, social y mental a lo largo del curso de la vida”.

La mayoría de las caídas que se producen en los adultos mayores son de origen multifactorial, es por todo esto fundamental evitar una serie de factores que podrían aumentar el riesgo de caídas en esta población, y para lo que, en el presente artículo, dejamos algunos consejos que mejoraran la calidad de vida de estas personas.

Factores de riesgo a evitar:

  • Un ambiente sencillo favorece la disminución de caídas.
  • Iluminación adecuada
  • Superficies antideslizantes
  • Colocar los objetos al alcance del individuo.
  • Colocar barandillas en la cama en el caso de que sean necesarias.
  • Colocar la cama en posición mas baja.
  • Proporcionar medios de solicitud de ayuda.
  • Evitar la presencia de objetos desordenados en el suelo.
  • Utilizar bastón o andador cuando el riesgo de caídas sea alto.
  • Utilizar calzado seguro, evitando cordones y zapatos abiertos.

Tabaquismo I: algunas sustancias y sus efectos en nuestro organismo

Sería en los años 40 cuando, un hábito tan normalizado como el fumar, el cual se heredaba de padres a hijos dentro de los hogares, comenzara a investigarse. Pronto se relacionó este hábito con enfermedades respiratorias, desencadenando una serie de hallazgos relacionados con incidencias epidemiológicas, terminando por considerar el consumo de tabaco un problema de salud mundial.

En este articulo realizaremos un acercamiento a los efectos del tabaco sobre el organismo, pudiendo así comprender por qué es una de las sustancias más nocivas para el organismo, siendo causante de gran cantidad de enfermedades.

Debemos tener en cuenta que el consumo de tabaco se realiza por dos vías. La primera de ellas es una corriente principal que el fumador conduce hacia su propio sistema respiratorio por inhalación. La segunda corriente será aquella que consume el fumador pasivo al encontrarse cercano al cigarrillo.

Es importante conocer que el humo del cigarrillo no solo llega al interior de los pulmones y sus alveolos, si no que llegan a la circulación, provocando efectos en el cerebro y en los tejidos periféricos.

¿Pero qué sustancias son las más nocivas y qué hacen en nuestro organismo? Desglosemos alguna de ellas:

  1. Nicotina:

Es la responsable de la adicción al tabaco. A través del torrente sanguíneo, la nicotina alcanza el cerebro en un plazo de 9 segundos, viajando desde ahí hasta el hígado y otros tejidos. La metabolización de la nicotina se realiza en el hígado, eliminándola a través de la orina, la saliva, la leche materna o la placenta.

Se ha demostrado que la nicotina genera una producción automática de dopamina, generando una sensación de bienestar y placer. Se ha demostrado también, que la nicotina impide la regeneración de neuronas en los fumadores y se acompaña de un deterioro cognitivo.

  1. Monóxido de carbono:

La acción de este compuesto en el cuerpo se basa en impedir el transporte de oxígeno a los tejidos, impidiendo que se realice de forma correcta la función respiratoria. Simplemente, destruye los tejidos privándolos de oxígeno.

  1. Gases irritantes y sustancias cancerígenas:

Este tipo de sustancias detienen el movimiento de los cilios de las células de la mucosa bronquial, impidiendo que actúe el mecanismo de defensa del aparato respiratorio, permitiendo que cualquier partícula pueda entrar dentro del sistema y afectar a los alveolos pulmonares.

  1. Radicales libres y oxidantes:

Cuando el humo del tabaco entra en contacto con los alveolos pulmonares, se producirán una serie de células que favorecerán la inflamación. La presencia de los radicales libres provoca broncoconstricción pudiendo llegar a provocar enfermedades como el asma.

  1. Metales y elementos radioactivos:

Son grandes factores carcinógenos. Uno de los cuales pueden encontrarse en mayor cantidad dentro de los cigarrillos es el cadmio, el cual una vez se acumula dentro del organismo puede provocar:

  • Pérdida de peso
  • Anemia
  • Pigmentación amarilla en los dientes
  • Rinitis
  • Bronquitis
  • Enfisema pulmonar
  • Lesiones óseas
  • Cáncer de próstata

Además de todas estas sustancias se ha demostrado que existe una relación directa entre el consumo de tabaco y la pérdida del sentido del gusto y el olfato, disminución de la sensación de hambre, imposibilidad de absorber la vitamina B…

Drenaje linfático Manual

¿Qué es?

El drenaje linfático o DLM es una técnica especifica de terapia manual en la que se aplica una presión suave para estimular la circulación de fluido linfático y líquidos intersticiales en aquel miembro afecto. Para la aplicación de dicha técnica es necesaria una formación específica de anatomía y fisiología linfática, para mejorar la circulación por vías naturales, movilizando el edema de las zonas afectas a las zonas con vasos linfáticos sanos. El DLM forma parte de la primera fase de actuación de la terapia física descongestiva para el tratamiento del linfedema.

¿Qué patologías mejoran con el drenaje linfático?

Según la clasificación de la Sociedad internacional de Linfología, el DLM está indicado para todos aquellos linfedemas en estadio I y II:

Estadio I: Representa el inicio precoz de la enfermedad en la que hay acumulación de tejido líquido que disminuye o desaparece con la elevación de la extremidad afecta. El Edema es depresible en ese momento.

Estadio II: La elevación de un miembro por si sola rara vez reduce el linfedema y la depresión del edema con fóvea todavía es manifiesta.

¿Qué es un linfedema?

Un linfedema es un aumento de volumen de una parte corporal de consistencia elástica, la cual se va endureciendo progresivamente, con un curso lento y progresivo, el cual puede aparecer a cualquier edad y en cualquier momento, con o sin desencadenante. Es necesario realizar un correcto diagnostico que pueda diferenciarlo de otras causas venosas o sistémicas.

Puede afectar a cualquier parte del cuerpo, aunque el 90% afecta a los miembros inferiores. También uno de los desencadenantes principales es la cirugía o radioterapia de cáncer de mama, la cual afecta al miembro superior, por lo que será la presentación mas vista en la consulta de rehabilitación.

¿Qué contraindicaciones tiene?

Existen situaciones y patologías de los pacientes en los cuales está contraindicado realizar esta técnica:

– Insuficiencia cardiaca
– Fallo renal
– Cirrosis hepática
– Tromboembolismo pulmonar
– Trombosis de la vena subclavia
– Tuberculosis
– Malaria
– Infecciones agudas.
– Ulceras cutáneas
– Hiper sensibilidad del seno carotideo.
– Arritmia cardiaca
– Ateroesclerosis carotidea
– Aneurisma aórtico
– Trombosis venosa profunda en fase aguda.
– Disfunción tiroidea, cirugías recientes.
– Embarazo.
– Dolor abdominal.
– Hiper tensión no controlada.
– Asma
– Procesos tumorales activos.

 

 

Ictus: Prevención y tratamiento

¿Qué es un ictus?

El ictus o infarto cerebral es una enfermedad causada por una interrupción del flujo circulatorio cerebral, la cual puede ser definitiva o transitoria, provocando afecta-ción de la función de una o de varias partes del encéfalo.
Dicha patología puede ser de dos tipos, llamados Ictus isquémicos o ictus hemorrá-gicos:

  • Ictus isquémico: es debido a una falta de aporte de sangre a una parte del cerebro concreta. Este tipo de ictus comprenden el 85% de todos los que se producen.
  • Ictus hemorrágico: se debe a la rotura de un vaso sanguíneo encefálico, con la correspondiente extravasación de sangre fuera del circuito convencional de ésta. Comprenden el 15 % del total de ictus que se producen en la pobla-ción.

La organización mundial de la Salud define esta patología como la segunda causa de muerte y la primera causa de discapacidad en nuestros días.

Dependiendo de la duración de éstos, se dividen en accidentes isquémicos transi-torios (AITs), los cuales se recuperan antes de las 24 horas y los infartos cerebrales, los cuales cursan con lesiones definitivas del tejido cerebral causadas por la muerte del tejido, provocando alteraciones de la función del sistema nervioso, y por lo tanto de los signos típicos conocidos, como la perdida de funciones físicas y cognitivas.

¿Por qué se produce un ictus?

Los factores de riesgo por los que se puede producir un ictus son variados:

  • Hipertensión arterial.
  • Problemas cardíacos.
  • Tabaquismo.
  • Anemia.
  • AITs
  • Diabetes.
  • Edad.
  • Sexo masculino.
  • Factores genéticos.

¿Es posible mejorar después de un ictus?

Además de ser una patología muy frecuente, son responsables de una alta mortalidad, provocando en muchos de los supervivientes secuelas invalidantes de por vida.

Por ello, uno de los aspectos fundamentales en el abordaje de estos pacientes y un objetivo sanitario de gran importancia es la prevención, identificando y controlando los factores de riesgo anteriormente mencionados. El ictus es una entidad tratable, pudiendo mejorar de la mano de los neurólogos y de los fisioterapeutas la calidad de vida de los pacientes de una forma significativa a través de la rehabilitación.

Este proceso rehabilitador puede realizarse en un periodo limitado de tiempo, con el objetivo de prevenir complicaciones y reducir el déficit neurológico del paciente, a fin de conseguir la máxima capacidad funcional del paciente, para facilitar la autonomía personal, la integración familiar y sociolaboral. Debe iniciarse de forma precoz y coordinada entre los distintos profesionales, estando presente durante las distintas fases de la atención sociosanitaria.

¿Qué es la neurorrehabilitación?

La neurorrehabilitación se define como el conjunto de métodos que tienen por finalidad recuperar las funciones neurológicas perdidas o disminuidas como consecuencias de un daño cerebral o medular.

Fases de la neurorrehabilitación

1) Fase aguda o de hospitalización: Se realiza de forma precoz en la unidad hospitalaria de ictus. Para poder llevarla a cabo, los profesionales que forman parte de estas unidades planificaran el tratamiento más adecuado para cada paciente, proporcionándole ayuda multidisciplinar como fisioterapia, logopedia, neurología y cuidados por parte de personal auxiliar y enfermería que permitan realizar la estabilización de la patología.

2) Rehabilitación en fase subaguda: Dependiendo de la gravedad del paciente, se definirán procedimientos de rehabilitación hospitalaria, rehabilitación ambulatoria, atención domiciliaria o centros de media o larga estancia, dentro de cada uno de los cuales se evaluará al paciente, adaptando el tratamiento al mismo.

Hombro congelado: síntomas y tratamientos

¿Qué es?

El hombro congelado (FS), denominado de manera más formal capsulitis adhesiva, es una enfermedad que causa la degeneración del tejido, cápsula articular, y espesamiento y disminución de volumen de la cavidad glenoidea.

Es una de las patologías del aparato locomotor más frecuentes en Atención Primaria.

En España presenta una prevalencia de 78 por 1.000 habitantes, y los estudios de revisión relatan variaciones en prevalencia entre 70-200 por 1.000 adultos.

Sólo el 40-50% de los afectados consulta por dolor y, de éstos, en la mitad los síntomas persisten un año después de la primera consulta, lo que conlleva un importante consumo de recursos asistenciales y pérdidas productivas por
absentismo laboral.

¿Por qué se produce?

Las causas más frecuentes son:

• Tendinitis del manguito de los rotadores: supraespinoso, infraespinoso, y redondo menor (70% de las causas que representan el dolor de hombro) Puede estar relacionada con sobrecarga del hombro (edad media, profesiones de sobrecarga), inestabilidad articular (jóvenes, hiperlaxos) o degeneración del manguito con la edad (edad avanzada).

• Tendinitis calcificante.
• Rotura del tendón del manguito de los rotadores.
• Tendinitis bicipital.
• Rotura del tendón largo del bíceps.
• Artritis acromioclavicular.
• Bursitis subacromiodeltoidea.

¿Cómo sé si padezco un hombro congelado?

El hombro congelado se divide generalmente en las etapas siguientes:

1. El dolor severo.
2. Límite de movilidad de hombro.

Los síntomas que se desarrollan en dichas etapas son:

• Perdida de movilidad pasiva y activa del hombro.
• Rotación externa que por lo general muestra la perdida más severa.
• Depresión inferior del acromion.
• Inflamación del brazo, muñeca y los dedos afectados del mismo miembro.
• Temperatura anormal de la piel.
• Hiperhidrosis.
• Color de la piel alterada.
• Limite de la flexión de los dedos.

¿Cómo se cura?

Debemos acudir a nuestro médico para que nos ayude a controlar el dolor:

• Antiinflamatorios no esteroideos.
• Relajantes musculares
• Modalidades de calor (dolor crónico) o frío (dolor agudo).

Educación al paciente:

• Cuidados posturales.
• Adaptaciones ergonómicas en hogar y/o puesto de trabajo.

Reposo relativo, deportivo y/o laboral dependiendo de tipo de actividad en que se desempeñe e intensidad del dolor.

Fisioterapia: Las modalidades terapéuticas con mejor evidencia son:
• Ejercicios terapéuticos.
• Termoterapia (Calor superficial / Frío).
• Ultrasonido.
• TENS.
• Electroterapia.