covid persistente

COVID persistente

El 24 de enero de 2021, el número de casos confirmados de COVID-19 ascendía a 2.499.560 en España. Esta cifra fue de 30.700.032 en Europa y de 95.612.331 en todo el planeta. Además de todos los fallecimientos que ocasionó, a pesar de los cambios en la vida diaria, las restricciones y las cautelas tomadas, las secuelas de esta enfermedad están siendo visibles hoy en día en muchas de las personas que se contagiaron de COVID. Estas secuelas están poniendo en jaque la capacidad de nuestro sistema sanitario, proponiendo un nuevo reto para la salud pública para el cual los servicios sanitarios deben estar preparados.

¿A qué llamamos COVID persistente?

Utilizaremos el termino síndrome de COVID persistente o COVID prolongado, para referirnos a los síntomas que aparecen o persisten tras la resolución de una infección respiratoria aguda causada por SARS-CoV-2.

La OMS (organización mundial de la salud) describe esta enfermedad como “aquella enfermedad producida en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por el SARS-CoV-2, generalmente tres meses después de la aparición de la COVID-19, con síntomas que duran al menos dos meses y que no pueden explicarse por un diagnóstico alternativo”.

Según la OMS, los síntomas mas comunes son la fatiga, la dificultad para respirar y la disfunción cognitiva, pero también se pueden dar otros síntomas que suelen repercutir en la vida cotidiana del enfermo. Estos síntomas pueden ser de nueva aparición o persistir desde el inicio de la enfermedad. Asimismo, también pueden fluctuar o existir recaídas con el tiempo.

¿Con qué frecuencia se mantienen estos síntomas?

Los pacientes con COVID persistente mantienen una gama amplia de síntomas:

• Fatiga (cansancio): 47%
• Disnea (falta de aire): 32%
• Mialgia (dolor muscular): 25%
• Dolor articular: 20%
• Dolor de cabeza: 18%
• Tos: 18%
• Dolor de pecho: 18%
• Anosmia (incapacidad para oler): 14%
• Ageusia (pérdida del sentido del gusto): 7%
• Diarrea: 6%

¿Por qué se produce?

Las causas que provocan las secuelas a largo plazo de la COVID 19 son aún un misterio y están en plena investigación.

Existe la teoría de un estado hiperinflamatorio mantenido en el tiempo como causa de estas secuelas, considerando también que estas secuelas pueden ser causadas por un daño orgánico durante la fase aguda de la infección, de la persistencia de la actividad viral o de una respuesta de anticuerpos inadecuada.

Según la bibliografía existen factores que pueden complicar el cuadro o favorecer que se implante como una mala condición física, enfermedades previas a desarrollar la COVID y las secuelas psicológicas tras un curso insidioso de la enfermedad , así como todas aquellas derivadas de los cambios de hábitos de vida implantados en la pandemia.

 

 

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