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La llamada «operación bikini»

A lo largo de nuestra vida hemos sido bombardeados con información acerca de la operación bikini, por lo que hemos querido adentrarnos un poco más en cómo se trata este concepto en la actualidad.

Lo que llevamos oyendo tantos años sobre “ejercicios y dietas para ponerte a punto”, “cómo adelgazar X kilos en X semanas”, “rutina de ejercicios para estar perfecta este verano”, “reto quemagrasas para mostrar un cuerpo de infarto”, “dieta para lucir tipazo en bikini”, “puesta a punto para el verano”… lo único que ha conseguido es hacernos creer que sólo hay un cuerpo válido para el verano o para una determinada prenda de vestir y que hay otros que, para ser mostrados, tienen que ser modificados primero. Lo cual, también se ve reforzado por observaciones como: “Si tienes barriga tenemos el bañador perfecto para ti”, “si quieres esconder los michelines, este bikini de talle alto te ayudará”, “Ese bikini te queda mucho mejor que el año pasado, ¿has perdido peso?… Y, así, un sinfín de comentarios más que realizamos sobre el cuerpo y la figura de los demás.

Por ello, la obsesión por adelgazar tiende a aumentar a medida que se acerca esta época del año y llegan temperaturas que nos invitan a mostrar las distintas partes de nuestro cuerpo.

Pero, ¿cuántos de los años en que has hecho caso a este tipo de mensajes te ha funcionado realmente? y, dinos, ¿no has tenido que repetir estas “dietas” año tras año? O, por el contrario, ¿has temido que esta época del año llegase? ¿Te has perdido alguna fiesta, reunión o evento por el hecho de tener que exponer tu cuerpo? ¿Has dejado de ir a la piscina o a la playa por no usar traje de baño? ¿Te has privado de ello por vergüenza, por miedo?

Por suerte, parece que algo está cambiando y se está empezando a cuestionar que determinados tipos de cambios en la alimentación sean verdaderamente saludables (casi siempre teniendo en cuenta la salud física) para lograr el propósito del adelgazamiento que se pretendía. Pero, es que, además, está la salud psicológica.

La salud física es importante, pero como ya sabemos el concepto de salud engloba otras áreas, como son la social y la psicológica. Por eso es imprescindible hacer hincapié en aquel tipo de pensamientos y creencias para tomar conciencia de que nos están inculcando y generando, desde pequeños, la necesidad de tener un cuerpo ideal para poder mostrarlo, mientras que cualquier otro tipo de cuerpo no es merecedor de ello e, incluso, se convierte en el blanco perfecto para las críticas. Esos juicios o ideas, que depositan la valía personal y el requisito para disfrutar de esta esperada estación del año únicamente en el cuerpo y la figura corporal, son completamente irracionales, disfuncionales y patológicos y lo único que consiguen es generarnos insatisfacción, inseguridad, vergüenza, baja autoestima, mayor riesgo de padecer un TCA… y que mantengamos en nuestra mente esa cosificación y objetivación del cuerpo.

Déjanos decirte algo: Tu valor como persona no se mide por tu cuerpo. Tus derechos para disfrutar y ser feliz, tampoco.

Porque tener un determinado cuerpo NO HARÁ que pasemos un verano inolvidable.

Lo que nos hará pasar un verano inolvidable NO SERÁ un cuerpo determinado.

Pasar el verano procurando conseguir o mantener un cuerpo perfecto NO HARÁ que lo disfrutemos y vivamos el momento.

Pasar el verano escondiéndonos y evitando situaciones en las que tengamos que exponer nuestro cuerpo NO NOS PERMITIRÁ disfrutar de él.

 En definitiva, el cuerpo que tenemos nos permite vivir y nos da la oportunidad de ser felices. Es aquí donde tenemos que cambiar la perspectiva: El problema no es el cuerpo que tengo sino la interpretación y el valor que le otorgo, la que me han enseñado, la que me han hecho creer.

¿Por qué no nos centramos en cambiar la interpretación en lugar de cambiar el cuerpo?

Llevamos siglos viendo a nuestro cuerpo como un rival que nos impide ser como nos gustaría y es al revés. Es nuestra mente la que nos impide aceptar como somos y se rebela contra nuestro cuerpo tratando de cambiarlo incluso poniendo en juego nuestra propia salud.

Por todo esto, queremos que esta publicación vaya dirigida a todas aquellas personas (aunque especialmente nos hayamos referido a mujeres por la prenda de vestir de la que estamos hablando y porque la exigencia a nivel social es mayor) a las que alguna vez les hayan hecho creer que su cuerpo no era válido para ir a la playa o para mostrarse, con el objetivo de sanar las mentes de todo aquel/aquella que haya sufrido por ello y para que cambien ese tipo de pensamientos a la hora de ir a la playa o mostrar su cuerpo por otros más funcionales, reales, respetuosos y compasivos:

  • TODOS tenemos derecho a mostrar nuestro cuerpo.
  • El cuerpo que tenemos es SUFICIENTE para disfrutar del verano.
  • El cuerpo que tenemos es SUFICIENTE para usar cualquier traje de baño.
  • El cuerpo que tenemos nos PERMITE pasear por la playa, ver una puesta de sol, disfrutar de la compañía de familiares y amigos, viajar, etc. En definitiva, nos permite disfrutar del verano.
  • Hay diferentes cuerpos, todos ellos VÁLIDOS y MERECEDORES de respeto, aceptación y cuidado.

Hagámoslo por nosotros, si algún día lo hemos sufrido, y por todas las personas que han sido/son/serán discriminadas por tener una determinada figura, peso o forma corporal.

Por ello os motivamos a que os olvidéis de la “operación bikini” y os cuidéis siempre, independientemente de la época del año y que lo hagáis por vuestra salud y bienestar y no desde la autoexigencia, el rechazo y la crítica. Y, por supuesto, si queréis hacer algún cambio en vuestra vida que os acerque a unos hábitos saludables, busquéis profesionales que os ayuden a conseguirlo desde el respeto y la aceptación, sin que os cueste la salud mental, aprendiendo a reconciliaros con vosotro/as mismo/as, a escucharos y relacionaros mejor. Sin que os impidan ser libres ni os hagan creer que no sois suficiente.

Y ahora… ¿Estáis listos para un verano saludable?

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